Todo en Marrakech gira en torno a Jamaa el Fna. Miles de personas se dan cita en este espacio público llenándolo de color, cultura y negocio. Contadores de cuentos, maestros exponiendo sus enseñanzas, encantadores de serpientes, danzantes, dentistas, vendedores de zumos de fruta, aguadores...
En nuestra primera mañana vamos a visitar el barrio de los curtidores y la Madraza de Ben Youssef (escuela coránica), la cual alberga algunos de los más bellos ejemplos de arte y arquitectura de Marruecos.
El museo de Marrakech está ubicado en el palacio Dar Menebhi, construido a finales del siglo XIX por Mehdi Menebhi. Frente a la mezquita Ben Youssef, en el interior de un recinto y más baja que el nivel de la calle, se encuentra la Koubba almorávide.
El Palacio de la Bahía o es un palacio y un conjunto de jardines. Fue construido a finales del siglo XIX, con la intención de ser el palacio más grande de todos los tiempos. En el Mellah destacan el mercado cubierto.
El Palacio El Badi fue edificado a finales del siglo XVI. Según los cronistas de la época era la maravilla del mundo musulmán. Situadas junto a la mezquita de la Kasbah, las tumbas saadíes datan de los tiempos del sultán áhmad al-Mansur (1578-1603).
Bab Agnaou es una de las diecinueve puertas de Marrakech. Fue construida en el siglo XII en la época de la dinastía almohade. La mezquita Koutubia es famosa sobre todo por su minarete de base cuadrada, que hizo construir Yacoub el Mansour a fines del siglo XII (1184-1199).
La planta superior del museo Dar Si Said es una verdadera obra maestra del arte decorativo hispano-morisco. Todas las paredes de las habitaciones están decoradas, sea sobre estuco o sobre madera de cedro, con una multitud de motivos geométricos, arabescos, caligrafías y mosaicos.